lunes, 10 de agosto de 2009

Canaguà



HOMENAJE A MI PADRE



Bolivar y Dos Canagueros. Busto de Simòn Bolivar año 1951.

Canaguá, génesis parroquial en el sur merideño

Atajos de la historia

Canaguá, génesis parroquial en el sur merideño

Ramón Sosa Pérez

Aún cuando castizos, los nombres de las aldeas Coromoto, El Rincón, Río Arriba, La Laguna, La Tendida y Los Naranjos, han servido para señalar desde siempre al entorno capitalino de Canaguá, hoy cabecera del Municipio Arzobispo Chacón. Su data histórica es muy reciente si le contraponemos la fecha de organización de la Doctrina de Aricagua, en 1597, para sólo nombrar la de mayor trascendencia.

Inquiriendo en su amanecer histórico es conveniente referir que los primeros pobladores suyos, entre El Paramito y Mucuchachí, estaban coligados con la gran nación que tenía por núcleo el Valle de Mukaria, hoy Aricagua. Por tanto, el celo misional correspondió a los agustinos y de las primeras exploraciones destaca la emprendida por don Juan de Maldonado, a principios de 1559.

Una aparente serenidad fue la característica del período que sucede a este tiempo, en tanto que por su nula valoración en el hallazgo de minas, poco interés despertó en el registro de cronistas e historiadores. Lo cierto es que durante la colonia, los vecinos de Canaguá debieron acudir con relativa regularidad a Mucuchachí para recibir los sacramentos de rigor, según los apuntamientos encontrados.

Documentos posteriores a la independencia, dan cuenta que Canaguá, en su condición de aldea sufragánea de Mucuchachí, recibió una primera oleada de inmigrantes procedentes de otras latitudes que darían franco apoyo a su progreso material. A ejemplo puede decirse que para 1845 hay noticias de la existencia de una modesta capillita donde el ocasional celebrante oficiaba el ritual eucarístico.

En similar fecha, precisa la fuente, los vecinos solicitan al obispo de Mérida que les sea bendecida la ermita, se les autorice la construcción del cementerio y acondicionamiento de la casa de pernocta para el cura que los visitaba. Un poco tardía llegó la respuesta pero los aldeanos supieron corresponder con franciscana paciencia y animoso esfuerzo corporativo.

Sin amilanarse, los canaguenses dieron principio a los arreglos solicitados. A la par de estas exigencias, sus moradores acicateados por los nuevos colonos pidieron al gobierno de Mérida, una investidura acorde con el nivel de desarrollo que ya comenzaba a vislumbrarse. El 27 de junio de 1872, el doctor Lope María Tejera, en facultad de Gobernador del Estado, otorgó a Canaguá la designación de parroquia civil.

El Decreto, con fuerza de ley, tuvo refrenda del Secretario de Gobierno, don Pedro José Godoy y, en adelante, abordó el esplendente título de Parroquia Civil de Libertad. De tan acreditada fecha se cumplen hoy 137 años, con nombramiento de las primeras autoridades que tomarían juramento en la toma de posesión, pautada para el 1 de agosto, de acuerdo al mandato del gobierno merideño.

Cumplidas las formalidades de ley, don José Antonio Belandria como Jefe Civil juró el cargo ante el Presidente Provisorio Lope María Tejera y, a su vez, en Canaguá, otorgó poderes particulares a los demás integrantes de la recién constituida Parroquia Civil Libertad, a saber; Exequiel Molina en condición de Juez de Parroquia, Eduardo Newman, Secretario interino y como designados sucesores a los ciudadanos Domingo Belandria y Patricio de Jesús Vega.

la instalación del nuevo estamento parroquial tuvo la nota particular en el emotivo discurso del Jefe Civil José Antonio Belandria, momento que hizo propicio para asentar que en la nueva jurisdicción política entraban a formar parte los caseríos y aldeas Guaimaral, Capurí, El Molino y Chacantá, conservando como capital a Canaguá, en resguardo de la memoria toponímica de sus primeros moradores.

Un séquito popular siguió a la ceremonia cumplida ese día 1 de agosto de 1872 y en los apuntes de la crónica hallamos que fue de pedimento general que los canaguenses aprovecharan el momento para exigir a las estrenadas autoridades de la Parroquia Libertad comprometerse a la brevedad en la elevación del villorrio sureño en parroquia eclesiástica. Don José Antonio Belandria, respondió afirmativamente al vecindario congregado en las cercanías de la plaza.

De inmediato se inició una colecta para construir el templo y los canaguenses celebraron de antemano el logro comunal. Las plegarias de las matronas se unieron al unísono y para el día 20 de julio de 1875, el Gobierno Eclesiástico de la Diócesis merideña creó la parroquia eclesiástica, tal como había sido el clamor general en la comarca sureña.

El padre Exequiel Moreno abrió las puertas de la sencilla capillita construida desde 1842, como primer cura propietario de Canaguá. No faltó en adelante el entusiasmo popular para secundar iniciativas del colectivo canaguense, entre las que destacaba la construcción del templo. Una suerte de llave enlazada para la promoción del desarrollo la constituían el párroco y el Jefe Civil, juntos sentaron las bases de la organización y dinamismo que, en lo sucesivo, distinguiría a Canaguá, entonces Parroquia Civil Libertad.

El empuje ha sido constante y vale reseñar ahora que la raíz de la brega comunitaria en este suelo sureño está impresa en esta fecha: 27 de junio de 1872, punto de atrevimiento y voluntad sin dobleces en la lucha por un Canaguá siempre “mirando hacia arriba”, como afirmara en una ocasión, don Mariano Picón Salas. Enhorabuena, paisanos del sur!


ramonsosaperez@yahoo.es